lunes, 23 de marzo de 2009

MI NIÑA



MI NIÑA

Supe de su gestación
y ya estuve en el embarazo,
ayudando a que naciera
entre sollozos y espasmos,
y algún que otro esfuerzo más
que unos pocos realizamos.


Y desde aquel mismo día
ya la empecé a querer,
como nunca pensaría,
que no es cuestión de tener
un amor por cada día,
si no, es cuestión, de querer.


Por fin nació la criatura
entre gritos de entusiasmo,
entre cantares y bromas,
entre fandango y fandango,
trayéndonos el aroma
de nuestra tierra, de nuestros campos.


Los hubo que se creían estar
en la cresta de la ola,
los hubo que decía, de verdad,
lo difícil empieza ahora,
que hay que criar a esta niña,
que no la dejemos sola.


Y cayó en muy buenas manos,
llenas de amor e ilusión,
vistió sus primeros sayos
y sintió su primera emoción,
escuchó los primeros halagos
y sintió su primer dolor.


Pero cuesta tanto criarla,
es tan difícil misión,
requiere de tanto tiempo,
de tanta dedicación,
que hasta el más ilusionado
va cediendo en su labor.


Y los hombres delegamos
para bien o para mal,
unas veces acertamos
y todo ocurre normal,
otras nos equivocamos
y todo nos sale mal.


Así, que poquito le duró
aquella alegre sonrisa,
aquel cariño de todos,
aquel recibir visitas,
se fue quedando alvidada
y cayó enferma mi niña.


Y mi niña cayó enferma
por desamor de los hombres,
por hacerle andar deprisa
siendo aún tiernos su dones,
y se apagó su sonrisa,
y se llenó de temores.


Y estando ya desahuciada
de médicos y doctores,
como un rayo de esperanza
en algunos corazones,
se reveló nuestra sangre
de andaluces, de españoles.


Ofrecimos nuestros brazos
a quienes la sostenían,
ansiosos éramos de salvarla
remisos eran, se les moría.
Pudo más nuestro tesón y
nuestra fe en que se salvaría.


Y empezamos a mimarla,
a hablar bajito "pa" no agravarla,
a conocer sus dolencias,
a acariciarla,
a llenarla de besos cada mañana,
a buscar alimento "pa" alimentarla.


Y nos fuimos a la calle,
en zonas nos dividimos
las calles de la ciudad,
visitando a todos fuimos
con orgullo y humildad
ayuda a todos pedimos.


Que se nos muere la niña,
que me tienes que pagar,
tres recibos "atrasaos"
y este de la navidad,
traigo lotería con recargo,
anda, cien pesetas nada más.


Y acudíamos ansiosos
a recontar lo "cobrao",
a ver si pagamos acá,
acullá y al otro "lao"
y retiramos las letras
de ese señor tan "pesao".


Y así, peseta a peseta
con paciencia y humildad
fue dejando día a día
mi niña la enfermedad,
y a mí se me consumía
en la espera la "madrugá".


Fueron pasando los años
y mi niña se curaba,
nunca fue mi niña fuerte
por eso más le costaba,
pero se alejó la muerte
que era lo que importaba.


Fuera ya de peligro,
mi niña necesitaba
cambiar de vida un poquito,
que la trajeran, que la llevaran,
tomar aire más fresquito
que el que ahora respiraba.


Y tuvo muy buena suerte,
cayó en brazos muy activos
que pronto la hicieron fuerte,
y con sus dones más divinos
y alejada de la muerte,
aprendió a andar los caminos.


En esta etapa triunfal
se asomó en plan principal,
y entre aplausos y ovaciones,
conquistó a esta gran ciudad
y a un sinfín de corazones.


Con qué donaire se mueve,
con qué elegancia camina,
cómo gira y se revuelve
cuando sus bailes domina
entre gente que la quiere,
entre gente que la admira.


Mi niña ya se ve fuerte
y apuesta por la cultura,
se trata con el teatro,
la poesía, la pintura,
sin olvidar el retrato,
los cuentos... ¡qué hermosura!


No se olvida de su Coro
ni de su Grupo de Baile,
que donde son requeridos,
muestran su arte y donaire,
siendo muy aplaudidos,
cosa que no duda nadie.


Y recupera el futbito
que antaño tuvo en su seno,
y en abril del noventa y dos
con paso firme y sereno
y arte prestidigitador
vuelve a sorprender de lleno.


Y nos muestra una revista
de una gran categoría,
con artículos y fotos
de aquí y de Andalucía,
de los unos y los otros,
de cuentos y de poesía.


En el año novena y seis
alcanza ya su plenitud;
ella se siente mocita
y movida por la inquietud
crea la sección "Al Andalus"
para estar con la juventud.


Se hacen más populares
sus actos más relevantes
y mantiene su prestigio
donde ya lo obtuvo antes,
y sigue siendo un prodigio
en darnos representantes.


No se me perdonaría
si de ellas y ellos me olvido
que con los juegos de mesa,
sin otro afán esocndido,
mantienen la competencia
del campeonato reñido.


Treinta años cumple mi niña;
gracias a todos por igual,
que haya paz y nunca riña,
y para que cumpla más
pongámonos en la lista
de los que quieren colaborar.


Colaborar desde dentro,
colaborar desde fuera
y el que aquí no esté contento
que no lo diga siquiera
y que se marche en silencio
para que no lo oiga ella.


Porque cada vez que yo escucho
que alguien murmura y murmura
yendo ello en detrimento
de su salud y hermosura,
sin yo considerarme malo
ni malaje ni agorero,
os digo con gallardía
que no es un hombre entero
ni una mujer bien "nacía"
quien se ampara en el murmullo
y altera, perjudica u ofende
a esta Mi Niña tan guapa


LA CASA DE ANDALUCÍA



(Una poesía hecha por mi querido abuelo Manuel Pérez Romero, uno de los mejores escritores de nuestra casa)


Estos versos son en representación a nuestra Casa de Andalucía, sus subidas y sus bajadas... Pero seguimos en pie, y eso es lo que cuenta.
Esta poesía esta hecha en el 1987, cuando nuestra casa cumplió su décimo aniversario.
Ahora tiene sus años ya, 32, casi na.



Solo pido que siga y siga, para que nuestros hijos y nuestros nietos, puedan disfrutar de una asociación tan grande, y tan unida, como es la Casa de Andalucía.

jueves, 12 de marzo de 2009

ANDALUCÍA

Andalcía por sí, por España y la Humanidad.
Así se lee en el escudo de tan bella Comunidad.


Andalucía se dá a todos, es así, generosa,
y sencilla, y humilde, a la vez que tan hermosa.
Conquista los corazones de todas latitudes,
de cuantos vienen a ella a conocer sus virtudes.
Su clima suave y dulce y su cielo transparente
de estrellas rutinantes, ya la hacen diferente.
Por su extensa geografía tiene gran diversidad
de bellísimos contrastes, gran personalidad.


Almería, pueblos blancos, es pequeña y coqueta,
fusión de verdes parrales y el árido desierto,
en ella se respira el metal y el levantinismo,
y brisa mediterránea que le llega del puerto.



Cádiz, perdió sus salinas y se quedó con su sol
y el abrazo de dos mares que se disputan su amor
al son de los carnavales queriéndola conquistar
en un duelo permanente, con salero y buen humor.



Córdoba, con sus duendes y su estoicismo
dando color a su mora y monumental mezquita,
regada con garbo y gracia por el río Guadalquivir
que cual galante y rumboso amante, la sed le quita.



Granada, gitana-mora a los pies de la Alhambra
mitigando el tórrido calor de su breve costa
y el gélido frío de sus bellas montañas nevadas
eterno constante que con gallardía soporta.



Huelva, aventurera, fronteriza y marismeña
da cobijo a dos ríos en su bello mar de plata
y su sierra de frondosas encinas y alcornoques
es cuna del suculento manjar de negra pata.



Jaén, verde esperanza de legendarios olivos
amparado en su Santo Rostro nace el Guadalquivir
y en él oculta sus sombras labriegas y humanas
huyendo del latifundio, buscando mejor vivir.



Málaga, la bella, cantaora y luminosa
vive sobre un babel de gentes y de opulencia,
a través de sus ojos nos mira el mundo
ella, mimosa, soporta a todos con indulgencia.



Sevilla, artística, muy alegre y hechicera
maravilloso mosaico de ingenio, arte y fragancia
tan sensible que canta por todo, por todo llora
cantar, llorar, reir todo lo hace con elegancia.




Esta es mi Andalucía, Paraiso y Sentimiento
lo más bello en la tierra para sentirse contento.